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El amado

Les ruego, mujeres de Jerusalén, que no despierten a mi amada hasta que ella quiera.

Sexto canto

El coro

¿Quién es esta que sube del desierto, apoyada en el hombro de su amado?

La amada

Bajo el manzano donde entre dolores te trajo al mundo tu madre, allí desperté tu amor.

Grábame como un sello sobre tu corazón. Llévame como un tatuaje en tu brazo, porque fuerte como la muerte es el amor, y tenaz como llama divina es el fuego ardiente del amor.

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